Freidora de aire vs horno eléctrico: comparativa de consumo

Escrito por Eduardo Rentero, Redactor de contenido SEO el 20 de agosto de 2025 a las 11:00
Tiempo de lectura : 2 minutos

Elegir entre una freidora de aire y un horno eléctrico va más allá del sabor de tus comidas, también influye directamente en tu factura energética mensual.

Freidora de aire

¿Cómo funciona una freidora de aire?

La freidora de aire utiliza una tecnología basada en la circulación de aire caliente que simula la fritura sin usar mucho aceite. Su funcionamiento depende de cuatro componentes que permiten obtener resultados similares a un horno.

El ventilador de aire caliente constituye el corazón de este electrodoméstico, encargándose de hacer circular el aire de forma rápida y uniforme alrededor de los alimentos colocados en la cesta de cocción.

La resistencia eléctrica, ubicada generalmente en la parte superior del aparato, calienta el aire hasta temperaturas que oscilan entre 80 y 200 °C, mientras que el panel de control digital permite programar tanto la temperatura como el tiempo de cocinado.

El proceso es sencillo: se colocan los alimentos, se añade un poco de aceite y se ajusta la temperatura y el tiempo. La resistencia eléctrica calienta el aire mientras el ventilador lo distribuye rápidamente, creando una textura crujiente en el exterior y manteniendo el interior tierno y jugoso.

Consumo eléctrico: freidora de aire frente a horno

Analizar el consumo energético entre ambos electrodomésticos requiere considerar múltiples factores como la potencia del aparato, el tiempo de uso y la eficiencia energética. Las diferencias en estos aspectos determinan qué electrodoméstico resulta más económico para tu hogar.

Las freidoras de aire presentan una potencia promedio que oscila entre 1.200 y 2.000 W, con tiempos de cocinado generalmente más breves que los hornos tradicionales. Una freidora típica de 1.500 W consume aproximadamente 1,5 kWh por cada 60 minutos de funcionamiento continuo.

Los hornos eléctricos convencionales requieren mayor potencia, entre 2.000 y 5.000 W, además de necesitar más tiempo de trabajo para cocinar los mismos alimentos, junto con el tiempo adicional necesario para el precalentado. Un horno de 3.000 W consume 3 kWh por cada hora de funcionamiento, duplicando prácticamente el gasto energético.

Cuidado con el consumo en modo precalentado

Algunos hornos mantienen la resistencia encendida durante todo el precalentado, lo que dispara el gasto. Si tu receta lo permite, introduce los alimentos desde el inicio y aprovecha ese calor inicial.

Eficiencia energética y ahorro real en tu factura

La comparativa directa revela que las freidoras de aire superan en eficiencia energética a los hornos convencionales, cocinando más rápido y con menor consumo de energía. Esta ventaja se traduce en ahorros tangibles en la factura eléctrica mensual.

En términos de consumo relativo, una freidora de 1.500 W consume 0,75 kWh durante 30 minutos de uso, mientras que un horno de 3.000 W necesita aproximadamente una hora para cocinar el mismo alimento, consumiendo 3 kWh completos. Esta diferencia convierte a la freidora de aire en un electrodoméstico hasta cuatro veces más eficiente en términos de consumo eléctrico.

La freidora de aire está diseñada para un uso más frecuente que el horno tradicional, lo que amplifica el ahorro energético a lo largo del tiempo. Sin embargo, el horno mantiene ventajas en determinadas situaciones, especialmente cuando se necesita mayor capacidad de cocción o se preparan alimentos que requieren un proceso más prolongado.

¿Cuándo elegir cada electrodoméstico según tus necesidades?

La decisión entre freidora de aire y horno no debe basarse únicamente en el consumo energético, sino también en las necesidades específicas de cada hogar. Ambos electrodomésticos pueden coexistir perfectamente en la cocina moderna, cumpliendo funciones complementarias:

  • Freidora de aire: ideal para uso diario, porciones individuales o familiares pequeñas, con una cocción rápida y eficiente.
  • Horno eléctrico: mejor para grandes cantidades, con una cocción lenta, horneados especiales y preparaciones que requieren mayor tiempo. 

La cocina representa el 11 % del consumo energético total del hogar, convirtiéndose en una de las estancias con mayor potencial de ahorro. Además de elegir el electrodoméstico más eficiente, existen otras estrategias complementarias, como utilizar ollas a presión, que reducen el tiempo de cocción y permiten ahorrar hasta un 80 % de energía respecto a las ollas convencionales.

El microondas puede ahorrar entre un 60 y 70 % de energía en comparación con un horno eléctrico para ciertas preparaciones. Por otro lado, mantener la nevera y el congelador llenos optimiza su funcionamiento, ya que ambos consumen menos energía que cuando están a medio llenar.

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Eduardo Rentero
Eduardo Rentero

Redactor de contenido SEO

Graduado en ADE en la Universidad de Valencia y Máster en Marketing Digital y E-Commerce, se une a Hello Watt para crear contenidos especializados sobre el mercado energético, aportando su visión estratégica y conocimientos en marketing digital.

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