¿Cómo afecta el suelo radiante en mi factura de la luz?

Suelo radiante: ¿qué es y cómo funciona?

El suelo radiante es una tecnología de climatización: se instala dentro del piso de las viviendas (o de la estructura que requiere la calefacción) como un conjunto de tuberías o cables eléctricos.

Estos sistemas integrados transportan el calor y lo irradian hacia arriba, calentando el suelo y todo lo que está sobre este.

El suelo radiante puede generar su calor a partir de diferentes fuentes de energía como calderas de gas, sistemas de energía solar térmica, bombas de calor y electricidad.

Como sistema de calefacción es uno de los más eficientes porque distribuye de manera uniforme el calor, lo que crea una sensación de confort térmico. Además, mantiene el ambiente cálido durante largos periodos de tiempo.

Una vez encendido, el suelo radiante tarda varias horas en calentarse. Lo mismo para enfriarse. Por eso su instalación es conveniente en espacios donde su uso se haga de forma continuada o en zonas muy frías en las que se requiera mantener una temperatura mínima.

Otra posibilidad que ofrecen los suelos radiantes es el enfriamiento de los espacios durante el verano. En este caso se puede programar que el agua que recorra la instalación esté entre los 14 y los 18 °C, de modo que absorba el exceso de calor local y haya sensación de frescor en el ambiente.

El suelo radiante y la factura de la luz

No es ningún secreto que la inversión en un suelo radiante es elevada en comparación con los radiadores convencionales. Esto es así por la cantidad de componentes como válvulas, tuberías, planchas y mortero, que aumentan la complejidad técnica y los costos de instalación.

Sin embargo, esta inversión se puede recuperar en 2 años gracias al ahorro económico derivado del consumo reducido de energía. 

El suelo radiante no sólo disminuye las pérdidas de calor, sino que tiene un sistema eficiente de calentamiento de estancias, lo que hace que sea una opción económica atractiva a mediano plazo.

Para que tengas una idea de las economías que puedes hacer con un suelo radiante alimentado por tuberías de agua: el suelo radiante necesita casi la mitad del calor para aportar una temperatura confortable (aunque es más lento en climatizar), esto puede implicar un mínimo de ahorros del 10% y un máximo del 30%.

Suelo radiante vs radiadores y calderas

Elegir entre suelo radiante, radiadores o calderas no es tarea fácil, ya que son varios factores los que determinan cuál es el mejor sistema de climatización para cada vivienda.

El suelo radiante, por ejemplo, necesita unas condiciones muy específicas: la más importante es que el piso pueda ser intervenido (exigencia que no tienen los radiadores). Luego está el tema de costes y la compatibilidad con los sistemas existentes.

Ventajas del suelo radiante

Estos son los puntos que ponen al suelo radiante por encima de otros sistemas de calefacción:

• No ocupa espacio adicional en las estancias y ni requiere de otros dispositivos visibles. Todos los componentes de un suelo radiante pasan por debajo de la superficie y son invisibles en términos decorativos, salvo el pequeño armario integrado en la pared que esconde las válvulas de regulación del sistema.
• Distribuye de manera uniforme el calor. Este tipo de tecnología se expande por todo el suelo, lo que permite repartir el calor con uniformidad (y no por focos, como los radiadores, que tienen puntos calientes y fríos).
• Es más eficiente en términos energéticos. El suelo radiante no necesita tantos recursos para calentar los espacios; por lo tanto, consume menos combustible / electricidad y esto se refleja en las facturas de energía.
• Bajo mantenimiento. La real complejidad del suelo radiante es su instalación. Una vez que esta se ha hecho, el mantenimiento es bastante bajo (opera como un sistema de tuberías o de cableado eléctrico).
• Aporta una sensación de confort al ambiente. Mientras el sistema esté encendido, la superficie se mantiene cálida, lo que genera una sensación agradable al caminar durante los días fríos. Además, al no tener elementos adicionales hace que las estancias tengan un aspecto más limpio y minimalista.

Ventajas de los radiadores y calderas

Razones por las que los radiadores y las calderas aún son la fuente preferida de climatización en los hogares:

• El nivel de inversión inicial es más bajo. Si tu vivienda ya ha sido construida, es más sencillo hacer una instalación de radiadores. Y aun cuando este no sea el caso, la instalación del suelo radiante es una inversión importante.
• Compatibilidad con los sistemas de energía. Al ser de uso común, todo en las construcciones está pensado para que haya radiadores y calderas.
• Tienen rápido nivel de respuesta. Tanto radiadores como calderas calientan rápidamente las habitaciones, ya que el calor se emana directamente de la fuente al ambiente.
• Facilidad de instalación y mantenimiento. Una instalación de suelo radiante es invasiva. Los radiadores y las calderas no requieren de modificaciones profundas en las viviendas. Además, el mantenimiento de estos equipos es sencillo (con una baja tasa de daños).