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La gestión de la demanda eléctrica sobresale como solución ante la intermitencia de las energías renovables. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) impulsa iniciativas para transformar la red eléctrica de España y hacerla más sostenible, eficiente y adaptable.
Resumen
La flexibilidad energética es la capacidad de adaptar el consumo eléctrico a la disponibilidad de generación de energía renovable en cada momento. Dado que fuentes como la solar y la eólica son intermitentes, es fundamental contar con mecanismos que ajusten la demanda en tiempo real para mantener el equilibrio en la red y optimizar el uso de las infraestructuras existentes.
Sin esta adaptación, la variabilidad de las renovables obligaría a recurrir a centrales de combustibles fósiles como respaldo, aumentando las emisiones de CO₂. Un sistema flexible permite aprovechar al máximo la energía limpia disponible y avanzar hacia un modelo energético más sostenible y eficiente.
De acuerdo con estos objetivos, el MITECO ha abierto una consulta pública para definir una convocatoria de ayudas destinadas a mejorar la flexibilidad y la gestión de la demanda. Esta iniciativa está enmarcada en el Programa Operativo Plurirregional de España (POPE) del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2021-2027.
La consulta busca obtener opiniones de actores del sector y ciudadanos interesados para:
Las ayudas del MITECO buscan acelerar la implementación de soluciones de flexibilidad que sustituyan a las centrales térmicas como respaldo. La implementación de estas medidas permite maximizar el suministro y minimizar las congestiones en la red, aprovechando las infraestructuras actuales y evitando inversiones en nuevas.
¡Recuerda!
Las aportaciones a esta consulta pueden realizarse hasta el 21 de marzo de 2025, a través del portal habilitado por el MITECO.
Esta transición requiere actuar en varias áreas, combinando tecnología, infraestructuras y marcos regulatorios para adaptar la demanda a las renovables. No existe una única solución, sino un enfoque integral que abarque distintos ámbitos. Estas son las áreas principales para lograrlo:
La total implementación de la flexibilidad energética requiere un ecosistema integrado de hardware, tecnologías y dispositivos de monitorización.
Los contadores inteligentes constituyen el primer nivel, proporcionando datos de consumo en tiempo real que permiten la toma de decisiones informadas.
Estos se complementan con dispositivos de control automático que pueden activar o desactivar aparatos según señales del sistema, como enchufes inteligentes, termostatos conectados y sistemas domóticos.
El almacenamiento energético es otro componente esencial, desde las baterías virtuales hasta sistemas industriales de mayor escala. Estos dispositivos capturan el excedente de electricidad durante periodos de alta producción para liberarla cuando disminuye la generación, evitando así el respaldo en energías fósiles.
Los sistemas de almacenamiento incluyen también volantes de inercia, que almacenan energía en forma de movimiento giratorio; almacenamiento térmico, que conserva el calor para generar electricidad cuando se necesite; y soluciones basadas en hidrógeno, que permiten almacenar energía a largo plazo.
La infraestructura de comunicaciones actúa como el sistema nervioso de esta red inteligente. Dispositivos como routers industriales, concentradores de datos y gateways IoT garantizan la transmisión de información en tiempo real sobre generación, demanda y precios. Esto permite respuestas automatizadas que maximizan el aprovechamiento de la electricidad y mantienen la estabilidad del sistema.
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Una de las partes más importantes para el éxito del modelo flexible es empoderar a los consumidores para que gestionen activamente su consumo. Los usuarios pueden ajustar su consumo a las horas de mayor producción renovable a través de ayudas y programas, obteniendo beneficios económicos y contribuyendo a la estabilidad del sistema.
Las tarifas con discriminación horaria y los programas de interrumpibilidad, que reducen el consumo en la industria liberando la energía para otros usuarios, son ejemplos de mecanismos que fomentan esta participación, creando un consumidor más consciente y activo en el sistema energético.
El consumidor necesita herramientas, como las aplicaciones móviles de seguimiento energético, que permiten controlar consumos y programar electrodomésticos. Los asistentes virtuales integrados en el hogar que facilitan la automatización de las decisiones de consumo.
Las plataformas de agregación de demanda, por su parte, agrupan a pequeños consumidores para que juntos puedan ofrecer servicios de flexibilidad al sistema, maximizando su impacto y beneficio económico.
¿Sabías qué?
La energía solar y eólica pueden variar su producción hasta un 80 % en cuestión de horas, lo que supone un reto significativo para la estabilidad de la red eléctrica sin sistemas adecuados.
Esta implementación genera beneficios que van más allá del ámbito energético: también repercuten en la economía, el medioambiente y la seguridad del suministro.
La gestión flexible reduce los costes del sistema, ya que minimiza la necesidad de aumentar las infraestructuras y disminuir la dependencia de centrales. Además, afecta a los consumidores que pueden beneficiarse de precios más bajos en momentos de alta producción renovable.
Otra de las ventajas es reducir de manera notable la necesidad de centrales térmicas de respaldo. Actualmente, cada megavatio de generación renovable que deja de producirse debe ser compensado con energía fósil.
Un sistema con capacidades flexibles permite cubrir estos huecos mediante almacenamiento o ajustes de demanda, evitando la emisión de tantas toneladas de CO₂ a la atmósfera. Por tanto, sin esta capacidad de adaptación se obtendría un panorama en el que se ralentizaría la transición hacia un sistema bajo de carbono.
Un sistema flexible con varias fuentes de generación y almacenamiento es claramente más resiliente ante contingencias. La capacidad de ajustar la demanda y redistribuirla a otras horas reduce la vulnerabilidad de fallos en la red o interrupciones en el suministro, aumentando la fiabilidad general del sistema y disminuyendo la dependencia energética exterior.
La flexibilidad en la gestión de la demanda eléctrica es una necesidad para el éxito de la transición energética. Las iniciativas del MITECO para promover estos mecanismos representan un paso decisivo hacia la modernización del sistema eléctrico español.
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Redactora de contenido SEO
Isabel Adalid Iranzo. Periodista especializada en el sector del medioambiente, ahora estudiante de máster en Marketing Digital. Isabel se une a Hello Watt para crear contenido sobre el mercado energético.
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