¿Cuál es el futuro de la monitorización energética?
La monitorización energética se ha convertido en un pilar fundamental para controlar el consumo de energía y mejorar la eficiencia. Esta práctica está sumida en una auténtica revolución, debido a la aparición de nuevas tecnologías como la IA, el Internet de las Cosas o el Blockchain, que están transformando el sector. En este artículo vamos a explorar alguna de esas tendencias y los desafíos que estas suponen.
Resumen
- La inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT) están revolucionando la monitorización energética con mantenimiento predictivo, control automatizado del consumo, y monitoreo remoto, optimizando la eficiencia y reduciendo costes.
- El Big Data mejora la visualización y análisis de datos energéticos, permitiendo predicciones más precisas y una gestión eficiente del suministro energético, garantizando ahorro y sostenibilidad.
- El blockchain facilita la creación de microrredes energéticas, mejora la trazabilidad de datos y garantiza la certificación de energía renovable, promoviendo una gestión energética más resiliente y segura.
- La proliferación de diferentes tecnologías plantea desafíos de interoperabilidad y elevados costos de implementación, especialmente para pequeñas y medianas empresas, lo que dificulta su adopción.
- La integración de IA y IoT en la monitorización energética expone riesgos de ciberseguridad y privacidad, por lo que se debe garantizar la protección de los datos y evitar posibles usos indebidos.
¿Qué es y para qué sirve la monitorización energética?
La monitorización energética es clave para conocer y medir el consumo de energía, mejorar la eficiencia, fomentar el ahorro en términos económicos y reducir nuestra huella de carbono. Se trata de un proceso a través del cual se recopilan, registran y analizan datos relacionados con el consumo y la eficiencia energética de un sistema, edificio o proceso.
Los sistemas de monitorización pueden utilizar sensores y dispositivos de medición para obtener información en tiempo real sobre el uso de la energía, lo que ayuda a identificar oportunidades de ahorro, detectar posibles anomalías y tomar decisiones informadas para optimizar el consumo energético de nuestro hogar o negocio.
Presente de la monitorización energética: tecnologías emergentes
Las innovaciones tecnológicas en el campo de la gestión de datos están impulsando la evolución de la monitorización energética, mientras ayudan a empresas y consumidores a optimizar el uso de recursos en tiempo real. Veamos alguna de estas nuevas tecnologías claves para el objetivo de eficiencia energética.
La Inteligencia Artificial (IA) y el IoT
La inteligencia artificial (IA) y el Internet de las cosas (IoT) están redefiniendo la gestión energética, permitiendo un nivel de precisión y eficiencia inalcanzable hasta el momento. Las claves de la integración de la IA y de dispositivos de IoT en el monitoreo energético son las siguientes:
- Mantenimiento y análisis de datos predictivo: los algoritmos de la IA procesan datos históricos y en tiempo real para pronosticar las necesidades energéticas futuras, lo que posibilita la anticipación para prevenir fallos, y contribuye a reducir drásticamente los costes de mantenimiento al evitar interrupciones operativas.
- Control automatizado: integrar y combinar ambas tecnologías, permite la automatización del consumo energético al ajustar el uso de energía en función de las condiciones reales y optimizar el rendimiento de los sistemas.
- Monitoreo remoto: gracias al IoT, se puede gestionar y monitorizar instalaciones energéticas lejanas, como parques eólicos o solares, desde un único punto de control. De la misma forma, existen otros dispositivos de monitorización claves para reducir el consumo de energía en el hogar, como los termostatos inteligentes.
- Participación del usuario y cambio de comportamiento: las soluciones y recomendaciones personalizadas ofrecidas por estas tecnologías, incentivan a los consumidores a modificar sus hábitos de consumo basándose en decisiones informadas.
El Big Data
El uso del Big Data ha irrumpido en el sector energético con el objetivo de ofrecer soluciones personalizadas a los clientes y solventar sus principales problemas del mercado. Contribuye a la recopilación de datos de todos los flujos de energía, su enriquecimiento y una mejor visualización de los mismos; lo que se traduce en una mayor confiabilidad, ahorro de tiempo y una información que se puede cruzar. Esta tecnología optimiza, por tanto, los procesos y rentabiliza la inversión mediante:
- Predicciones más precisas de generación y demanda de energía
- Una mejor gestión de la energía, para proporcionar un suministro de electricidad seguro, económico y sostenible.
Blockchain o “cadena de bloques”
El blockchain ya es una realidad dentro del sector energético y se erige como una de las tecnologías que facilita el despliegue de muchas otras. Su desarrollo deriva de la combinación con otras tecnologías de vanguardia como la automatización, Inteligencia Artificial (IA), el Big Data, el Internet de las Cosas (IoT) y la robotización.
La tecnología Blockchain funciona como una base de datos compartida con una gran cantidad de usuarios, en la que se almacena información de forma inmutable y ordenada.
- Descentralización: todos los usuarios controlan el sistema, mediante la creación de microrredes (microgrids) en las que se puede comerciar con la energía de forma directa; algo interesante para las comunidades de autoconsumo y para la gestión de recursos a nivel local.
- Gestión eficiente y trazabilidad de los datos: esta tecnología se usa como un sistema de monitorización en tiempo real, de toda la información relacionada con la generación y distribución de la energía eléctrica, así como las transacciones realizadas entre los participantes de las microrredes. Gracias a la calidad de los datos obtenidos y a su trazabilidad, se consigue una gestión más eficiente y resiliente para hacer frente a interrupciones en la red eléctrica general.
- Certificación de energía renovable: El blockchain asegura que la energía que se consume y se distribuye, proviene de fuentes de origen renovable.
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Desafíos de la monitorización energética
A medida que la monitorización energética avanza hacia nuevas tecnologías y tendencias, se enfrenta una serie de desafíos que marcarán su futuro en términos de eficiencia y alcance.
Interoperabilidad
Ante la gran proliferación de tecnologías y proveedores diferentes en el campo de la monitorización, surge el desafío de la interoperabilidad entre los mismos. Es importante trabajar para garantizar que todos los componentes funcionen correctamente entre sí y consigan su objetivo de eficiencia energética.
Costes de implementación
El desafío de adoptar tecnologías de monitorización energética avanzadas, todavía representa un obstáculo importante para las pequeñas y medianas empresas si hablamos de los elevados costes iniciales en infraestructura tecnológica y la capacitación del personal especializado. Estos costes que no siempre se tornan de inmediato en beneficios evidentes y tangibles para la empresa.
Seguridad y privacidad
El avance de la IA y la implementación del Internet de las Cosas (IoT) en el campo de la monitorización energética, suponen una afrenta a la seguridad informática. Teniendo en cuenta que los sistemas de control de energía son susceptibles de sufrir ataques cibernéticos, esto puede comprometer seriamente la información confidencial de los usuarios e incluso el funcionamiento del suministro. Resulta clave para el futuro del desarrollo de estos sistemas de monitorización, velar por la privacidad de los datos recolectados, especialmente en entornos domésticos, para prevenir un uso indebido de la información personal.
Está claro que el campo de la monitorización energética está intrínsecamente ligado al desarrollo de nuevas tecnologías y tendencias como la AI y el IoT, que no solo mejoran la eficiencia y la sostenibilidad, sino que también permiten a los usuarios participar de manera más activa, gracias a la toma de decisiones informadas, en la gestión de su consumo energético.
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