Toledo impulsa su primera comunidad energética vecinal

Energía limpia y compartida desde el corazón de Toledo

Toledo acaba de dar un paso histórico en su transición energética. Esta emblemática ciudad, reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, se convierte en pionera al inaugurar su primera comunidad energética local para abastecer de energía el casco histórico.

Se trata de una iniciativa impulsada por la Fundación Renovables, el Ayuntamiento de Toledo y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), con el objetivo de fomentar la producción y el autoconsumo de energía renovable entre vecinos e instituciones.

El proyecto se ha puesto en marcha en el barrio del Polígono Residencial de Santa María de Benquerencia, y beneficiará a 65 vecinos del centro histórico que disfrutarán de energía solar pero que no tienen instaladas placas solares, debido a la normativa que prohíbe su instalación en lugares de patrimonio.

Cómo funciona esta comunidad energética

La instalación central se sitúa en el edificio municipal del Centro Cívico del barrio, donde se han colocado placas solares fotovoltaicas. La energía generada por estos paneles se reparte entre los hogares adheridos que se encuentren en un radio de hasta 2 kilómetros, según lo permite la normativa actual.

En total, 200 viviendas y pequeñas empresas podrán beneficiarse de este sistema de autoconsumo compartido. Esta comunidad energética permitirá a sus miembros reducir su factura eléctrica, al tiempo que contribuyen activamente a la lucha contra el cambio climático.

Además, la comunidad se ha constituido legalmente bajo la fórmula de cooperativa sin ánimo de lucro. Esto garantiza que los beneficios económicos generados reviertan directamente en los socios, promoviendo un modelo justo y equitativo.

Un modelo exportable a otras ciudades Patrimonio

Este proyecto no solo es importante por lo que representa para Toledo, sino también por su valor como ejemplo replicable. Al tratarse de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, las limitaciones normativas y arquitectónicas son especialmente estrictas, por lo que lograr implementar una instalación renovable de este tipo demuestra que la sostenibilidad es posible incluso en entornos protegidos.

Formación, participación y futuro

La comunidad energética de Toledo no se limita a la producción de energía. También incluye un componente fuerte de participación ciudadana y formación. Desde sus inicios, se han llevado a cabo talleres y sesiones informativas para explicar a los vecinos el funcionamiento del proyecto y fomentar su implicación.

La Fundación Renovables insiste en que este tipo de iniciativas solo funcionan cuando la ciudadanía forma parte activa del proceso. La intención es que este sea el primer paso hacia una red de comunidades energéticas en la ciudad, cada vez más descentralizadas y gestionadas por los propios vecinos.