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Cada verano, el aumento de las temperaturas genera la misma pregunta: ¿hasta qué punto debes soportar el calor en tu trabajo? Es importante conocer los límites legales permitidos.
La legislación española establece rangos específicos de temperatura según el tipo de trabajo que realices. El Real Decreto 486/1997 regula las condiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, y aquí tienes lo que debes saber:
Pero aquí viene lo interesante: aunque estos rangos no especifican una temperatura máxima absoluta, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) sí obliga a tu empresa a evaluar los riesgos laborales, incluyendo los derivados de temperaturas extremas.
Si trabajas en una oficina o nave industrial, la ventilación adecuada y el aire acondicionado son tus mejores aliados para evitar el estrés térmico. Los sectores industriales necesitan medidas adicionales como extractores o barreras térmicas.
Si tu trabajo es al aire libre (construcción, agricultura, jardinería), la cosa cambia. Según la Guía técnica del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), cuando el termómetro supera los 35 °C, tu riesgo de sufrir un golpe de calor se dispara, especialmente si hay mucha humedad o realizas esfuerzos físicos intensos.
Pensar que solo importa la temperatura que marca el termómetro es un error. Tu sensación de calor y el riesgo real dependen de varios factores que debes conocer:
El índice de temperatura de bulbo húmedo (WBGT), un indicador del estrés térmico que mide el calor que siente una persona, es ampliamente utilizado para evaluar estas condiciones.
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Saber cuáles son los límites es importante, pero lo realmente crucial es conocer cómo protegerte cuando las temperaturas se disparan.
El INSST y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) establecen pautas claras para trabajar en condiciones de calor extremo:
Los descansos regulares en zonas frescas son esenciales. Las empresas deben garantizar acceso constante a agua potable y fomentar la hidratación frecuente, incluso antes de que los trabajadores sientan sed.
El uso de ropa ligera, transpirable y de colores claros ayuda a minimizar la absorción del calor. En construcción o similares se recomiendan sombreros, protección solar y gafas para evitar daños por radiación ultravioleta (UV).
No todos los trabajos enfrentan el mismo riesgo ante las altas temperaturas. Algunos sectores están especialmente expuestos y requieren medidas de protección más estrictas.
Los trabajadores de construcción, agricultura y mantenimiento de carreteras son los más expuestos. La combinación de radiación solar, esfuerzo físico y temperaturas elevadas convierte a estos sectores en los más vulnerables.
Cocinas industriales, fábricas de vidrio y lavanderías industriales son ejemplos de entornos donde el calor extremo es un desafío constante, lo que requiere medidas específicas de control ambiental.
¡Importante!
La prevención empieza antes de sentir sed. Beber agua de forma constante a lo largo de la jornada es clave para evitar la deshidratación y reducir el riesgo de fatiga térmica o golpes de calor.
Las altas temperaturas en el trabajo no son solo una molestia: pueden tener consecuencias graves para tu salud.
La reciente tragedia de una limpiadora que falleció en Barcelona tras completar su jornada laboral en plena ola de calor nos recuerda que estos riesgos son reales y pueden ser fatales. Conocer estos peligros te ayudará a identificar los síntomas y actuar a tiempo.
El golpe de calor es una de las emergencias médicas más graves relacionadas con las altas temperaturas. Se produce cuando el cuerpo pierde su capacidad para regular la temperatura, pudiendo causar daños en órganos internos e incluso la muerte.
La deshidratación severa también es común y puede causar mareos, debilidad y confusión mental. La fatiga térmica se desarrolla con la exposición prolongada al calor, incluyendo agotamiento extremo y mayor riesgo de accidentes laborales.
La exposición continua al calor extremo puede provocar problemas renales, cardiovasculares e incluso enfermedades crónicas, especialmente en trabajadores que no reciben la protección adecuada.
Las empresas deben realizar una evaluación de riesgos específica para identificar las áreas de mayor exposición y los trabajadores más vulnerables. Esto facilita la implementación de medidas específicas y efectivas.
Los planes de emergencia deben incluir protocolos claros para actuar en caso de golpe de calor, deshidratación u otras complicaciones relacionadas con las altas temperaturas.
Además, la formación de empleados es clave para crear conciencia sobre los riesgos del calor y las medidas preventivas. Instruir sobre la importancia de la hidratación, las pausas regulares y el uso adecuado del equipamiento puede marcar la diferencia.
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Redactora de contenido SEO
Periodista especializada en el sector del medioambiente, ahora estudiante de máster en Marketing Digital. Isabel se une a Hello Watt para crear contenido sobre el mercado energético.
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