¿Qué tarifa eléctrica es mejor para el verano?

El verano dispara tu consumo, elige bien tu tarifa

El verano trae consigo un aumento notable del consumo eléctrico en el hogar, sobre todo por el uso constante del aire acondicionado y otros sistemas de refrigeración. Si pasas más tiempo en casa, por vacaciones, teletrabajo o porque los niños están en casa, tu factura puede dispararse si no adaptas tu tarifa a esta nueva realidad.

Elegir bien tu tarifa eléctrica es clave para no pagar de más durante los meses de calor. No todas las tarifas se comportan igual ante un consumo elevado, así que conviene revisar la que tienes contratada y valorar otras opciones. Una buena decisión puede ayudarte a mantener tu tranquilidad sin sorpresas en tu factura.

¿Tarifa fija o con discriminación horaria?

Antes de decidir, es importante entender cómo funcionan los dos tipos de tarifas:

Tarifa con precio fijo

La tarifa de precio fijo ofrece estabilidad: pagas lo mismo por cada kWh consumido, sin importar la hora del día. Esto resulta útil si estás en casa muchas horas, haces uso constante del aire acondicionado y prefieres no preocuparte por horarios.

Sin embargo, este tipo de tarifa suele tener un precio más elevado por cada kWh, precisamente porque el consumidor no se beneficia de las horas más baratas.

Tarifa con discriminación horaria

En las tarifas con discriminación horaria, el precio varía según la franja horaria (punta, llano y valle). Si puedes organizar tu consumo, usar el aire en las horas más frescas del día o por la noche, por ejemplo, puedes ahorrar bastante.

Para los hogares donde hay menos actividad durante el día o donde se puede automatizar el consumo (por ejemplo, con un termostato programable o acumuladores), esta opción puede ser muy rentable en verano.

Consejos para elegir bien la tarifa en función de tu perfil

Elegir la tarifa eléctrica adecuada no solo depende del precio, sino también de tus hábitos de consumo y del uso que haces de la vivienda. Según tu perfil, puede interesarte una tarifa fija, con discriminación horaria o más flexible. Aquí te dejamos algunos consejos: 

Si estás en casa todo el día: opta por una tarifa fija para evitar complicaciones. Estarás consumiendo en tramos caros y no siempre podrás controlar los horarios.

Si trabajas fuera y solo usas el aire por la noche: aquí la discriminación horaria gana fuerza. El tramo valle (de madrugada) es el más barato y puede coincidir con el uso del aire mientras duermes.

Si tienes segunda residencia: para segundas viviendas que solo se usan en vacaciones o fines de semana, conviene una tarifa sin permanencia y con baja potencia contratada. Algunas tarifas planas estacionales pueden resultar interesantes si se ajustan a tu patrón de uso.

¿Y qué pasa con las tarifas indexadas?

Las tarifas indexadas dependen del precio del mercado mayorista, el cual cambia cada hora. Aunque en ciertos momentos pueden resultar muy económicas, durante el verano suelen ser muy inestables. Esto se debe a que el uso intensivo del aire acondicionado incrementa la demanda de electricidad, haciendo que los precios se disparen precisamente en las horas más calurosas del día.

Solo resultan rentables si puedes adaptar tu consumo a las horas más baratas y revisar los precios a diario. Si buscas estabilidad y no quieres estar pendiente del mercado, una tarifa fija o con discriminación horaria será una opción más segura y predecible durante los meses de calor.