Informe oficial: "La REE no controló sobretensiones del apagón"

El informe oficial revela un origen multifactorial del colapso

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, presentó este martes las conclusiones del informe oficial sobre el apagón del 28 de abril, revelando un origen multifactorial que involucra directamente a la Red Eléctrica de España (REE) y a las compañías eléctricas.

El análisis del Comité para el análisis de las circunstancias descarta completamente un ciberataque como causa, apuntando a una reacción en cadena de factores que culminaron en el cero energético de la península ibérica.

Fallos en cadena: un origen multifactorial

Según el informe presentado por Aagesen, el colapso tuvo un origen multifactorial, resultado de tres causas principales: la escasa capacidad de control de tensión, oscilaciones perjudiciales en el sistema y desconexiones de generación que aceleraron la inestabilidad. 

Este conjunto de errores, en su mayoría atribuibles a una falta de previsión y control por parte de los operadores del sistema, generó una situación crítica que terminó derivando en una desconexión generalizada.

1. Falta de capacidad dinámica de control de tensión

El primer factor identificado es la debilidad en la capacidad de control de tensión. Aagesen destacó que el programa final del operador ese día registró la menor capacidad desde que comenzó 2025. En concreto, muchos de los grupos generadores encargados de mantener la estabilidad de tensión, y que reciben una retribución específica por este servicio, no llegaron a absorber toda la energía reactiva esperada. 

De las 10 centrales designadas para esta función, una fue considerada innecesaria por la REE, mientras que las otras nueve presentaron distintos grados de incumplimiento en sus obligaciones.

2. Oscilaciones que empeoraron la situación

El segundo factor tuvo que ver con las oscilaciones registradas en el sistema eléctrico. Se identificaron dos oscilaciones clave, una de ellas catalogada como atípica. Aunque el operador del sistema aplicó las medidas previstas en los protocolos, estas acciones no lograron corregir la situación y, de hecho, colocaron al sistema en una posición más vulnerable, agravando las tensiones ya existentes.

3. Desconexiones de generación no justificadas

El tercer elemento clave en la cadena de fallos fueron las desconexiones de generación, algunas de ellas "aparentemente indebidas", según señala el informe. Estas desconexiones, en lugar de estabilizar el sistema, contribuyeron a alimentar una dinámica de escalada de tensión, convirtiéndose en una especie de "marea imparable" que desencadenó el apagón generalizado.

¿Por qué no pudo contenerse?

En palabras de la ministra, el sistema alcanzó un "punto de no retorno" a partir del cual se desencadenó una reacción en cadena incontrolable. Aunque existían mecanismos automáticos de protección, denominados ‘cortafuegos’, su intervención fue insuficiente. 

Estos instrumentos se limitaron a mitigar los síntomas sin atacar el verdadero origen del problema: la falta de capacidad efectiva de regulación de la tensión.

A pesar de la gravedad de la situación, el restablecimiento del sistema se logró de forma notable. La noche del mismo 28 de abril ya se había recuperado el 50 % del suministro, y para las 7:00 del día 29 prácticamente toda la red volvía a estar operativa. 

Esta respuesta, calificada como un éxito por Aagesen, se debió a la coordinación eficiente de los operadores y al despliegue de recursos técnicos y humanos en tiempo récord.

Medidas estructurales: un nuevo decreto en marcha

En un intento por evitar que un episodio similar se repita, el Gobierno prevé aprobar en el próximo Consejo de Ministros un Real Decreto Ley con medidas estructuradas en ocho bloques, dirigidas a reforzar la seguridad y estabilidad del sistema eléctrico nacional. Entre las medidas destacan:

• Supervisión más estricta: se reforzará la verificación del cumplimiento de las obligaciones por parte de todos los agentes del sistema.
• Recursos para el control de tensión: se fortalecerán los recursos destinados al control de tensión y la protección frente a oscilaciones.
• Integración de renovables: se dará un nuevo impulso al servicio de control de tensión que incluya también a las instalaciones de generación renovable.
• Mayor demanda y flexibilidad: se fomentará un incremento en la demanda eléctrica y una mayor flexibilidad del sistema para afrontar variaciones.
• Planificación de red acelerada: se acelerará la planificación de la red de transporte con horizonte 2030, adaptando las infraestructuras a nuevas necesidades.
• Almacenamiento energético: se impulsará el desarrollo de soluciones de almacenamiento que refuercen la estabilidad.
• Interconexiones internacionales: el Gobierno retoma la necesidad histórica de aumentar las interconexiones eléctricas con otros países para ganar capacidad de respuesta.
• Reposición eficiente del suministro: se actualizarán los protocolos de reposición para mejorar los tiempos de reacción ante fallos de gran escala.

Refuerzo en ciberseguridad

Aunque el informe descarta que un ciberataque fuera el detonante del apagón, el Ejecutivo también ha incluido un capítulo específico sobre ciberseguridad en su nueva hoja de ruta. Este se articula en tres bloques:

1. Aceleración de la Directiva de Ciberseguridad: su aplicación se adelantará para garantizar una mayor preparación ante amenazas digitales.
2. Controles y segmentación de redes: se reforzarán las barreras de contención internas de los sistemas eléctricos.
3. Sistemas de detección de eventos: se implementarán tecnologías para detectar incidentes con rapidez y actuar preventivamente.

Un precedente en la supervisión energética

El informe no solo reconstruye con detalle lo ocurrido el 28 de abril, sino que marca un antes y un después en la supervisión del sistema eléctrico español. Por primera vez, el Gobierno ha identificado públicamente responsabilidades concretas de la REE y en las eléctricas, señalando la necesidad de revisar los procedimientos, responsabilidades y capacidades de respuesta ante situaciones críticas.