Buenas noticias en transporte, malas en regasificación: cómo este desequilibrio afectará tu bolsillo

Desfase en la retribución de actividades gasistas

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado su evaluación del modelo retributivo de transporte y plantas de gas natural licuado (GNL), analizando por primera vez cómo funciona el sector en el periodo regulatorio actual.

En el caso de las plantas GNL, los costes ajustados ascendieron a 472,4 millones de euros, frente a una retribución de 429,9 millones. Esto supone una brecha de 42,5 millones de euros entre lo gastado y lo percibido, un desequilibrio que puede acabar afectando a lo que tú pagas por el gas.

Por el contrario, la actividad de transporte muestra cifras opuestas. Los costes fueron de 488,9 millones, mientras que la retribución alcanzó 520,7 millones, generando un superávit de 31,9 millones que también forma parte del sistema que repercute en tu factura.

Crisis estructural: demanda y sobredimensionamiento

El informe revela que el sistema gasista ha estado sometido a una presión significativa por el derrumbe de la demanda, la volatilidad del mercado internacional y el sobredimensionamiento heredado de las infraestructuras.

La demanda de gas ha caído un 20 % desde 2021. Las plantas de regasificación, que son claves para traer gas a España, están trabajando a poco más de un tercio de todo lo que podrían usar, lo que hace menos eficiente el sistema y acaba repercutiendo en quienes pagan la factura del gas.

Riesgo de encarecimiento de tarifas

La CNMC advierte sobre las consecuencias económicas del desequilibrio detectado. Será imprescindible revisar los valores unitarios de operación y mantenimiento en el próximo periodo regulatorio (2027-2032) para evitar que el déficit en regasificación se traslade a los peajes y cánones del gas que pagan los consumidores.

Si no se corrige, este desequilibrio puede traducirse en una subida de lo que tú pagas por el gas en tu hogar y, en general, en las facturas de muchas familias y empresas.

Planificación fallida y capacidad ociosa

Los proyectos pensados entre 2008 y 2016 se diseñaron calculando que la demanda sería mucho mayor de lo que finalmente fue. Esto dejó una red demasiado grande para el uso real y generó un agujero económico que tardó diez años en cubrirse, coste que también han contribuido a financiar los consumidores a través de sus facturas.

La red de transporte apenas ha crecido desde 2017, pero su utilización continúa disminuyendo año tras año. El volumen de energía transportada por kilómetro de red se ha desplomado en la última década, lo que vuelve a aumentar el peso de los costes fijos que acaban repercutiendo en las facturas.

Modelo retributivo bajo presión

El sistema actual de precios del gas combina varios métodos de cálculo. El problema es que ahora se consume menos gas, pero los gastos fijos de la empresa (mantenimiento, infraestructura) siguen siendo los mismos. Al repartir estos gastos entre menos consumo, el precio de cada unidad de gas sube para los usuarios.

El informe de la CNMC recuerda que este sistema ha dado estabilidad durante años, pero avisa de que el mercado ha cambiado y habrá que retocarlo en la próxima etapa regulatoria para que el impacto en tu factura sea lo más justo posible.

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