Eficiencia energética: gran ausente en la inversión de los Gobiernos

Eficiencia energética: una prioridad ignorada por los Estados

El Banco Mundial advierte en su informe publicado el pasado mayo que la inversión pública en eficiencia energética se ha quedado completamente rezagada, a pesar de sus múltiples beneficios. En 2024, se destinó una quinta parte de la inversión a la eficiencia energética y a la descarbonización del consumo final.

Si los países no comienzan a priorizar la eficiencia energética, se verán abocados a asumir gastos excesivos en nuevas infraestructuras energéticas, a una mayor dependencia de las importaciones de combustibles y al incremento de la deuda futura de sus sectores energéticos.

Beneficios de invertir en eficiencia energética

Invertir en eficiencia energética ofrece retornos de entre 3 y 5 dólares por cada dólar invertido, además de generar ahorros fiscales, facilitar reformas tarifarias y reducir costes públicos. También impulsa la competitividad, fomenta el empleo y refuerza la seguridad energética, con beneficios añadidos como la mejora de la salud y la reducción de la contaminación.

La eficiencia energética está desaprovechada

El Banco Mundial asegura que, a pesar de los avances que se están dando a nivel global en eficiencia energética, casi dos tercios de la energía primaria se desperdicia en procesos ineficientes. Asimismo, afirma que la eficiencia energética debería representar alrededor del 40 % de las inversiones energéticas globales de aquí a 2050 para alcanzar los objetivos de emisiones netas cero.

Cuatro pilares para mejorar en eficiencia energética

El Banco Mundial propone una hoja de ruta compuesta por cuatro pilares claves para lograr un mejor aprovechamiento de la eficiencia energética:

Movilización de capital privado para multiplicar impactos y expansión

Los países de ingresos medios y bajos deben tratar de combinar los presupuestos públicos con la financiación privada para implementar programas nacionales de eficiencia energética. 

Cobran especial importancia actores como el Grupo del Banco Mundial, los socios donantes y los gobiernos, que deben utilizar los fondos públicos para reducir riesgos y movilizar capital con el fin de acelerar inversiones y dinamizar los mercados.

Reforzar la capacidad técnica e institucional de los actores clave

El propio Banco Mundial se propone liderar el desarrollo de programas de eficiencia energética y apoyar a los países en su implementación, ante la escasa experiencia práctica e información disponible sobre modelos, impactos y evaluaciones en este ámbito. Para superar estas barreras, plantea como prioridad una mayor apertura en la divulgación de enfoques, resultados y aprendizajes acumulados.

Impulsar políticas y programas exitosos a gran escala

Se propone crear una coalición internacional que colabore con los gobiernos para liderar e integrar la eficiencia energética en la planificación energética. Al fin y al cabo, la comunidad internacional debe inspirar a los países con ingresos bajos y medios a incorporar políticas, planes e inversiones en eficiencia energética dentro de sus programas de desarrollo energético.

El Banco Mundial subraya la necesidad de educar a los diferentes actores sobre la importancia de la eficiencia energética y desmentir la idea de que su impacto es limitado o inviable. 

La cooperación en programas nacionales genera sinergias

El objetivo es establecer una hoja de ruta clara que sirva de guía para que todos los participantes (organizaciones internacionales, socios donantes, el sector privado y actores relevantes) puedan colaborar de forma coordinada. 

Este plan debe definir un objetivo y estrategia común, un conjunto de intervenciones estructuradas y distintas opciones en las que cada uno pueda participar según sus capacidades.